En una cacerola coloca 500 ml de leche, caliéntala a fuego medio, llévala a hervor y apaga el fuego.
Pasa a una fuente de horno y añade otros 500 ml de leche a temperatura ambiente.
Añade unos 100 g de yogur natural y mezcla muy bien.
Tapa la fuente de horno o envuelve con un film de plástico.
Llévalo al horno apagado y coloca un vaso o cuenco con agua muy caliente al lado, o déjalo en un lugar muy cálido.
Déjalo durante 12 horas, es necesario.
Pasado este tiempo, llévalo a la nevera durante 4 horas.
Pásalo todo a la batidora y añade un jugo en polvo con sabor a fresa o 300 gramos de fresas (fruta).
Mézclalo todo hasta que esté suave.
Pasa a un recipiente con tapa, guárdalo en la nevera y sírvelo.
Roberto hace 2 meses
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Maria Caro Pacheco hace un mes
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