Corta las fresas en cubos, colócalas en un bol y reserva.
En un bol, ponga la nata fresca, bata hasta que esté consistente, alrededor de 3 a 4 minutos.
Agrega la leche condensada, vuelve a batir por 2 minutos.
Tome las fresas picadas y transfiéralas al tazón para mezclar, mezcle bien hasta que quede suave.
Cambie todo a una forma mediana de su elección y extiéndalo plano.
Coloca unos trozos de fresa encima, al gusto.
Cubra la forma con una hoja de plástico o una tapa.
Llévelo al congelador o congelador y déjelo por al menos 8 horas.