En una batidora, empieza poniendo los huevos, la leche, el aceite de oliva o el aceite, el parmesano rallado y la sal, bate todo muy bien hasta que se mezcle.
Con la batidora aún batiendo, retira la tapa y añade la harina poco a poco, vuelve a batir y añade la levadura en polvo, mezcla ligeramente.
Ahora, en un molde untado con mantequilla y enharinado, vierte 1/3 de la masa, extendiéndola bien en el fondo.
Añade 150 g de calabresa cortada en rodajas finas, 100 g de queso mozzarella y el tomate cortado en rodajas finas.
Añade 1/3 más de la pasta y luego +150 g de calabresa, un tomate en rodajas finas y +100 g de queso mozzarella.
Termina colocando el resto de la masa encima de todo, extiéndela muy bien y añade +50 g de queso mozzarella.
Hornea en un horno precalentado a 180 grados durante 35 minutos. El tiempo puede variar según la potencia de tu horno.
Sírvete.