En un recipiente, pon las rebanadas de pan en remojo con los 100 ml de leche y resérvalas.
Pica la cebolla en trozos pequeños.
En un bol se coloca la carne picada, el pollo molido, la cebolla, los dientes de ajo machacados, exprime la leche del pan y añade al bol.
Añade los 150 ml de leche, añade la sal, la pimienta negra y mezcla todo muy bien, si quieres, puedes usar las manos.
Cuando la masa esté lista, haz pequeñas bolas de unos 160 g, pero va a tu gusto, ponlas en una bandeja de horno forrada con papel antiadherente, una vez que las bolas estén listas, haz agujeros en el centro de cada una, sin dejar que el fondo gotee, reserva.
En un bol, pon el queso rallado, los huevos, la crema de leche y el perejil, mezcla todo muy bien.
Coloca un poco de esta mezcla en cada uno de los agujeros que hemos abierto en la carne.
Hornea en un horno precalentado a 200 grados durante 40 minutos.
Sírvete.