Segunda masa
En un bowl coloca el huevo, la mantequilla derretida o margarina sin sal y una pizca de sal, mezcla todo muy bien.
Agrega la leche a temperatura ambiente y la harina de trigo, mezcla muy bien. Cuando ya no puedas mezclar con la cuchara, usa tus manos para amasar.
Cubre el recipiente con una envoltura de plástico y deja reposar la masa durante 20 minutos.
En otro recipiente, coloca los huevos, la mantequilla derretida, la sal y el azúcar, mezcla hasta que quede suave.
Añade la harina de trigo y vuelve a mezclar muy bien. Amasa bien.
Tapa el recipiente y déjalo reposar durante 20 minutos.
Mientras tanto, toma la primera masa que estaba reposando y divídela en dos partes, abre una de las mitades de unos 12 cm de ancho por 24 cm de largo. Repite este proceso con la otra mitad.
Haz esto también con la segunda masa, pero sin tener que dividirla por la mitad.
Toma una de las mitades de la primera masa y colócala sobre la mesa, cepilla con agua, luego coloca la segunda masa encima y la otra mitad de la primera masa.
Con un rodillo, abre un poco la masa.
Una vez hecho esto, retira los bordes y deja la masa en forma rectangular.
Córtalo en 4 tiras iguales.
Luego corta en cuadrados, se formarán un total de 32.
Toma uno de los cuadrados y riega los extremos, dóblalos por la mitad, dales la vuelta y vuelve a doblarlos por la mitad.
Hazlo con todos.
Fríalos en aceite caliente y déjalos hasta que estén dorados.
Deja escurrir sobre toallas de papel.
Sírvete.