Coloca la gelatina de tu elección, la gelatina incolora y el agua caliente en un cazo. Mezcla bien hasta que se disuelva.
Pon a fuego medio y añade el azúcar (2 tazas). Mezcla constantemente hasta que hierva.
Engrasa con aceite de coco la fuente de horno en la que se verterá la gelatina y extiéndela bien.
Coloca la gelatina en la fuente de horno y refrigérala toda la noche, 12 horas más o menos.
Si quieres hacerlo con más sabores, sólo tienes que repetir el proceso.
Suelta el caramelo de la bandeja de horno (sólo tienes que sacarlo con la mano, sale muy fácilmente).
Coloca el azúcar en una bandeja para hornear y sumerge el caramelo en el azúcar, corta el caramelo en tiras y luego en cubos pequeños.
Utilice un colador para eliminar el exceso de azúcar.
Sirve.