Comienza poniendo en un bol, la harina, la leche, la mantequilla sin sal, si prefieres la margarina y la sal.
Mezcla bien con una espátula y cuando ya no puedas mezclar con ella, utiliza las manos hasta que se convierta en una masa lisa y homogénea.
Una vez hecho esto, coloca un envoltorio de plástico sobre la masa y déjala reposar durante 1 hora en la nevera.
Ahora, en un cuenco grande, coloca la papa cocida y pelada y amasa bien.
Añade la mayonesa y mezcla bien hasta que se convierta en un puré. Déjalo a un lado.
Pasado este tiempo, saca la masa de la nevera y colócala en la mesa, ábrela en forma redonda hasta que tenga unos 22 cm de diámetro.
Añade en el centro de la masa, el queso mozzarella y el puré que hemos hecho, extendiéndolo bien.
Por último, añade +50 g de queso mozzarella rallado sobre el puré.
Ahora cierra el pan, presionando un extremo contra el otro, para que la masa quede bien cerrada.
Toma el rodillo y pasa el rodillo por encima del pan ligeramente, para que aumente el tamaño. Déjalo a un lado.
En una sartén a fuego muy lento, unta un poco de mantequilla por todo el fondo de la sartén, coloca el pan y fríe hasta que se dore y se forme la corteza.
Mientras se fríe la parte inferior, unta la parte superior con un poco de mantequilla derretida, da la vuelta al pan y fríe también la otra cara, a fuego muy lento.
Sirve.