
Corta las papas por la mitad y retira el interior, dejando solo las cáscaras.
Fríelas en aceite vegetal caliente hasta que estén doradas y resérvalas.
En una sartén grande, a fuego medio-bajo, añade un chorrito de aceite de oliva.
Agrega la cebolla picada en cubos y los dientes de ajo triturados, y sofríe hasta que se doren ligeramente.
Añade la carne molida y cocina hasta que se evapore toda el agua.
Agrega los tomates cortados en cubos.
Sazona con sal, pimienta negra, pimentón ahumado, chimichurri, ajo en polvo y cebolla en polvo, y cocina hasta que el tomate se deshaga.
Coloca las papas fritas en una bandeja grande forrada con papel antiadherente.
Añade 20 g de queso cheddar rallado en cada papa y rellénalas con la carne preparada.
Agrega otros 20 g de queso cheddar rallado por encima de cada una.
Hornea en horno precalentado a 200 °C durante 10 minutos.
Finaliza con migas de tocino y cebollín al gusto.
¡Sirve y disfrútalo!